MUJERES

MUJER SENTADA

Desde el último 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, estoy leyendo multitud de artículos que tratan sobre la necesidad o no de seguir reivindicando este día y la igualdad. Igualdad que, tal vez está más cerca de conseguirse en teoría y legalmente, pero que, obviamente, no es tal en términos reales.

Brutales las respuestas y comentarios a algunos de estos artículos, tildando a sus autoras de feminazis, hembristas, exageradas y lindezas similares. Subyacen aún pensamientos, actitudes, “micromachismos” tan interiorizados que en ocasiones no somos ni conscientes de que supongan un trato desigual.

  • ¿Cuántas veces son las mujeres cuestionadas y tienen que dar explicaciones por cualquier cosa que hagan como si no fueran adultas capaces de hacer con sus vidas lo que les dé la gana? Si estás soltera, porque lo estás; si tienes varias parejas, porque las tienes; si te quieres separar o divorciar, porque lo haces; si no tienes hijos, porque no los tienes; si tienes hijos, todo el mundo opinará sobre tu forma de educarles; si viajas sola, porque es peligroso y si vas al baño con tus amigas, porque no sabemos hacer nada solas…
  • ¿Y por qué no hablar de la cuestión de la apariencia física? Se instala la idea general de que las mujeres siempre deben estar jóvenes, delgadas y perfectas. ¡Con el tiempo que se gasta en eso y la cantidad de cosas interesantes que se pueden hacer en sustitución! ¿Y que te pidan una foto de cuerpo completo para un trabajo?
  • ¿Por qué en el ámbito profesional sufrimos comentarios sobre si no somos más simpáticas, especialmente con el género masculino, aunque estés en una situación crítica y tensa como operando a corazón abierto? ¿Por qué un hombre que dice lo que piensa y lo defiende vehementemente es un líder y a nosotras se nos pueden calificar de histéricas? Ya sabemos, las mujeres siempre tienen que ser dulces, dóciles y cariñosas. Si se destaca con tono paternalista que se sabe llevar una negociación, ¿se hace también con un colega masculino? Por no hablar del colega-cliente-jefe que se ve en la necesidad imperiosa de flirtear contigo.
  • En la publicidad los hombres conducen coches y las mujeres compran detergente.
  • ¿Y la cuestión de incluir mujeres en una reunión, una estructura profesional, etc. para que en la foto se muestre paridad pero se les dé un papel secundario, sin participar en las decisiones? Hipocresía.
  • ¿Por qué muchas veces vemos a mujeres profesionales muy eficientes y trabajadoras mientras que son sus colegas masculinos quienes tienen la visibilidad pública? Ya se sabe: detrás de un gran hombre, hay una gran mujer.
  • ¿Y para cuándo la generalización de los cambiadores en baños unisex? ¿O que se dé por hecho que las mujeres son las que renunciarán a su carrera profesional cuando se tengan hijos o haya que cuidar a los mayores? ¿Que una pregunta en una entrevista de TRABAJO sea si piensas tener hijos? Si la conciliación se sigue considerando algo FEMENINO y un lujo en tiempos de crisis, eso dice mucho de una sociedad.

Y estos serían solo algunos ejemplos. Las generalizaciones son odiosas: ni todos los hombres son iguales ni las mujeres lo son. Y esa sería la cuestión, que tanto unos como otros pudieran actuar libremente y en igualdad de condiciones sin importar el sexo. Ya sé que los hombres también soportan algunos estereotipos, pero creednos, los tópicos femeninos siguen siendo mucho más sangrantes.

Un homenaje a las mujeres que han luchado contra los estereotipos y han conseguido, al menos, llegar a la situación actual. Referentes como los que tengo en mi familia y entre mis amistades. Mujeres tremedamente inteligentes, fuertes, valientes y con empuje.

Si esto parece una exageración, como dice una amiga: cada vez que oigas a una mujer hablar de una de estas situaciones, dale la vuelta a los roles y piensa si con un hombre sería ridículo.

Noelia Hernández

Imagen: freepik.es
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