¿EXISTÍA VIDA ANTES DE INTERNET?

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Hace tiempo que observo con curiosidad cómo han cambiado nuestros hábitos con la irrupción de internet y, sobre todo, con la democratización de los smartphones. Coincidencia o no (lo del azar y las coincidencias daría para otra entrada), en las últimas semanas, he mantenido varias conversaciones similares con personas de entornos profesionales diferentes. Y todas venían a resaltar lo mismo: internet se ha convertido en la biblia donde la gente puede encontrar cualquier cosa que busque. ¿Cómo ha podido vivir tantos años el ser humano sin esta herramienta?

Siempre he bromeado con mi hermano sobre su habilidad para encontrar en Youtube un tutorial para desmontar/arreglar/construir cualquier cosa que se le pase por la cabeza. Sin embargo, confieso que para mí también se ha convertido en la única fuente para muchas cosas, por ejemplo, organizar mis viajes, buscar información sobre eventos culturales o nuevas ideas para cocinar. Seguro que los que lean esto también podrán identificar algo para lo que siempre recurran a su ordenador o su Smartphone.

Quizá a los nativos digitales les sorprenda pero hubo una época en que éramos capaces de encontrar una calle sin GPS; llamábamos por teléfono a nuestros amigos cuando queríamos quedar con ellos, incluso al teléfono de casa porque no había móviles; ibas a un restaurante porque te lo habían recomendado, sin mirar las críticas en Tripadvisor; cuando querías estar en contacto con alguien que vivía lejos, escribías cartas en papel; incluso ibas al quiosco, esa especie en peligro de extinción, a comprar el periódico…. Esto no es un arrebato de nostalgia analógica sino la constatación del cambio que ha supuesto la adopción de la tecnología en nuestra vida.

Retomando el inicio de este artículo, estos cambios no solo han modificado nuestra rutina sino que ha afectado a la manera de hacer y los entornos profesionales. Si bien es cierto que la red de redes permite acceder a una cantidad de información inimaginable, también es cierto que no toda está contrastada y verificada. ¿Por qué digo esto? Porque sucede cada vez más que un paciente acude a la consulta del médico con su diagnóstico según internet, o una persona acude al abogado y ya sabe la tipificación del delito del que ha sido víctima, o va a comprar un coche y le cuenta las características al vendedor del concesionario. En ocasiones, me enfrento a clientes que dicen conocer todas las respuestas porque las han encontrado en internet. Además, esta facilidad para acceder a todo tipo de información hace que se desvirtúe y se dé menos valor a determinadas profesiones porque en la red todo es gratis. El ejemplo más claro es el del periodismo.

Nos olvidamos que el hecho diferencial y lo que determina que un servicio o un profesional sean mejores o peores es cómo maneja y qué sabe hacer con esa información, fundamentado en su experiencia, su formación y su talento. Todos podemos ir al mercado y tendremos todos los alimentos a nuestra disposición pero ¿seremos capaces de cocinar un plato digno de un restaurante de Estrella Michelin? Pues algunos sí y otros no. La idea, el concepto, la genialidad siempre partirán de una persona y no de la herramienta que se usa para llevarlo a cabo.

Aprovechemos las ventajas enormes y el acceso a la información de esta red pero no nos olvidemos del mundo no virtual. Aquel en el que vivimos día a día y del que no debemos aislarnos puesto que la realidad virtual no es más que eso, virtual.

Noelia Hernández

Imagen: gratisography.com
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