La digitalización de la economía y la sociedad ha llegado para quedarse. Aún hoy cuando leemos o escuchamos hablar sobre economía digital podemos pensar en ciencia ficción, sin embargo, nada más lejos de la realidad. Estamos ante una revolución que va a introducir cambios equiparables a los que se produjeron con la máquina de vapor, la electricidad o la informática y los ordenadores. Un cambio que no podemos frenar y que contribuirá a mejorar nuestra economía si sabemos coger este tren. De hecho, pensemos qué producen y cómo algunas de las empresas globales que más valor tienen en la actualidad: Google, Facebook, Apple o Amazon. Ni siquiera producen algo tangible o lo hacen de un modo “analógico” pero pertenecen al grupo de los más poderosos en el ámbito internacional. La inteligencia artificial, el Internet de las cosas, la nanotecnología nos pueden parecer muy lejanos pero está más presente en nuestras vidas de lo que creemos. ¿Acaso no tenemos a Siri en muchos de nuestros teléfonos? ¿Los smartwatches y los llamados wearables que llevamos para controlar nuestros biorritmos qué son si no? ¿No sabemos que se ha usado la nanotecnología para mejorar artefactos tan cotidianos como impresoras, pantallas, gafas o los airbags de nuestros coches? Este tipo de avances podrá dirigirse hacia la medicina personalizada o los servicios destinados a las personas mayores, por ejemplo, contribuyendo a mejorar nuestra calidad de vida. Hoy en día las empresas persiguen una producción más eficiente, con menores plazos de comercialización para consumidores más impacientes y mayor flexibilidad para fabricar productos personalizados dirigidos a ciudadanos cada vez más exigentes. Para ello, se requieren cambios organizativos que introducen la digitalización como herramienta clave para lograrlo. España se sitúa en el puesto 35 del índice de competitividad del Foro Económico Mundial y no ha conseguido realizar la urgente y necesaria transición hacia la economía del conocimiento, la innovación y el emprendimiento tecnológico. La digitalización y el desarrollo de la economía digital son la asignatura pendiente de las empresas industriales españolas, que se encuentran muy por detrás de sus homólogas en otros países industrializados. Además, será fundamental que contemos con un acceso igualitario y de calidad en todo el territorio, puesto que la falta de infraestructuras acordes es un freno que no nos podemos permitir. Este problema aumenta las diferencias entre zonas rurales y urbanas, por ejemplo. Aún tenemos áreas en nuestra Comunidad donde la calidad de las infraestructuras de fibra no se corresponde con el de un país a la cabeza de la innovación. Sin embargo, nos enfrentamos hacia retos históricos en el mercado laboral. Esta revolución crea incertidumbres por la sustitución de mano de obra no cualificada debido a algunos de esos avances tecnológicos. Pero no olvidemos que también crea oportunidades para otro tipo de perfiles más cualificados. De hecho, numerosos estudios cifran en más de dos millones de puestos los que no encontrarán el perfil requerido en nuestro país en 2020. Esta cuestión puede ser especialmente relevante entre determinados colectivos como las mujeres, las personas de más de 45 años, los colectivos más vulnerables o los habitantes de las zonas no urbanas. Aumentará, en fin, la brecha entre empleo cualificado y aquel destinado a tareas más mecánicas y repetitivas. La Administración debe velar por dotar de los recursos y herramientas suficientes para paliar el posible problema de falta de ajuste entre oferta y demanda de cualificación de los empleados, así como impulsar medidas que apoyen y promocionen las oportunidades de la digitalización para las empresas de nuestro tejido productivo, en especial, entre las pymes. La revolución digital puede incidir de manera directa en la ganancia de competitividad y en la mejora de la eficiencia energética. Por lo tanto, ¿estamos dispuestos a subirnos a este tren para transformar nuestro tejido productivo hacia el futuro? Creo que es una oportunidad que no debemos perder. Y los mimbres están.
(Publicado en eldiario.es: http://www.eldiario.es/cv/opinion/digitalizacion-ciencia-ficcion_6_520457962.html)
Noelia Hernández