Presencio atónita este espectáculo cainita. Los más ancianos del lugar dirán que es lo habitual, no solo en el PSOE sino en la política en general. Y puede ser. Pero se reproducen escenas que serían más propias de los Underwood. Tengo la impresión de que nadie entiende qué está pasando.
La miopía en la lectura de la crisis social producida en los últimos años está en el origen de la desafección ciudadana y el auge de nuevos partidos. Y esta desconexión de la ciudadanía hizo emprender cambios de rumbo erráticos en el discurso político tradicional. Intentar copiar lo que hacen los “nuevos” que atraían a los votantes, sin darse cuenta de la pérdida de personalidad que conllevaba. Olvidando la esencia. ¿Dónde queda la ideología progresista, moderna, disruptiva?
Muchas veces los políticos han olvidado que deben dirigir sus discursos al ciudadano. Se dedican a hilar intervenciones que solo entienden los políticos. ¿Dónde queda el discurso pedagógico? ¿Solo queda la arenga a los fieles para ganarse sus aplausos?
El relevo generacional del PSOE se marchita. Vemos como los jóvenes se deciden por otros partidos y no se es capaz de enganchar con un relato creíble, acorde con el ideario socialdemócrata. Analizar y entender el entorno más cambiante de las últimas décadas. Articular un liderazgo consolidado que movilice a los militantes y atraiga de nuevo a los votantes. Y esto no es un fenómeno de los últimos dos años ni de las últimas cuatro elecciones.
Gestionar la democracia interna en estructuras como los partidos políticos puede ser una tarea ardua, por su naturaleza intrínseca. Sin embargo, no demos un paso atrás. Avancemos en la horizontalidad de las organizaciones, dando a la militancia la relevancia que merecen, como factor fundamental de soporte y funcionamiento de un partido.
El bloqueo parece el idioma común de la política española. El bloqueo y el frentismo. La falta de diálogo y la incapacidad de consenso.
Y me duele. Me duele porque el PSOE juega y ha jugado un papel fundamental en la política española. Un PSOE fuera de forma dejaría huérfanos a millones de votantes de izquierdas que no se encontrarían cómodos con otras opciones. Y ahondaría en la polarización de la sociedad nacional.
La socialdemocracia defiende la transformación de la sociedad. La justicia social, la democracia, la igualdad, la solidaridad y la libertad son valores intrínsecos de esta ideología que no deberíamos perder de vista. Aislar la demagogia y la lucha de poderes de la política puede parecer una utopía pero nunca será más necesario. Esta es la opinión de una no militante pero, por favor, reflexionen.
Noelia Hernández
Imagen: gratisography.com
(Este post ha sido publicado por el diario.es: http://www.eldiario.es/cv/opinion/PSOE-vs-provocar-suicidio-colectivo_6_564553541.html)