FELICIDADES PAPÁ

2017-03-19-20-58-49

Un año más 19 de marzo, el Día del Padre. Día, como otros, que adquieren un carácter comercial alejado del significado real del mismo. Campañas que apelan a lo más sentimental. Esta vez me he emocionado con el anuncio de la Once y con el de El Corte Inglés. Si bien no consiguieron que consumiese, sí me ha hecho preguntarme por qué nos cuesta expresar lo que sentimos a las personas más importantes de nuestra vida.

Padre es el que te da la vida. Pero también el que te acompaña en tus primeros pasos. Te puede enseñar a montar en bicicleta, a atarte los zapatos o guiarte cuando creces. Aquel al que idolatras en la infancia, desafías en la adolescencia y comprendes en la edad adulta. Afortunada me siento de poder disfrutar todas estas etapas.

Cualquiera que me conozca bien sabe lo importante que es para mí y lo orgullosa que me siento de mi familia. Familia que siempre está ahí. Siempre apoyando. Respetando las decisiones aunque no sean las más ortodoxas o me hayan alejado físicamente. Aunque se discuta y no se piense de igual manera.

Pequeños detalles y recuerdos que conforman tu yo adulto y guardas con la mayor ternura. Las raíces cuadradas siempre me recordarán ese despacho en el altillo. Como se escapaba del trabajo para asomarse a mi guardería y asegurarse que estaba contenta. Las almendras fritas en una servilleta me llevan a los aperitivos durante la infancia. Fundir el chocolate por lo que tardaba en comérmelo. Aprender a tirarme de cabeza con la promesa de ver Los Goonies. Los consejos, siempre con las mejores intenciones. Las conversaciones sobre “la empresa”, intercambiando puntos de vista. El orgullo y el cariño en sus ojos cuando me mira.

El afán de superación, la curiosidad por aprender, el carácter emprendedor, la generosidad, la bonhomía, la inteligencia, el sentido de la justicia, el carácter, la ternura y la sinceridad. Esas características que admiro tanto.

Ambos han dejado el listón muy alto. Listón que espero alcanzar si algún día me toca. Listón que veo con cariño como mi hermano está alcanzando. ¿Quién le habría dicho alguna vez que sabría hacer coletas, trenzas y otros peinados? Pues eso, felicidades papá.

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