Normalmente todos los colectivos comparten cierta jerga de la que son ajenos los que no pertenecen a él. Jerga y comportamientos. Una de las primeras palabras que aprendí en política fue «canutazo». No se refiere a ningún golpe ni a ningún canuto, sino a las declaraciones que realizan los políticos frente a esos enjambres de micrófonos y cámaras de los periodistas que hacen política. No sé si alguien se ha fijado en esas cabezas que aparecen tras el político de turno. Reconozco que yo no reparaba en ellas, hasta que formé parte del club de las cabezas afirmadoras.
La primera vez que me invitaron a formar parte de él tuve la incomprensible necesidad de saber por qué tenía que haber personas detrás, formando parte del paisaje. La respuesta fue tan obvia como que un candidato/a «no podía salir solo»… Pensé que quizá era mejor que eso no lo supieran los ciudadanos porque cómo se va a votar como presidente/a o alcalde/sa a alguien que no puede comparecer en solitario…
El día que nos indicaron que como había medios, el candidato debía salir acompañado de mujeres jóvenes y a mí se me ocurrió preguntar por qué no mujeres de todas las edades o jóvenes de ambos sexos, rompí los esquemas y alcancé la cuota máxima de preguntas…
Algo que puede parecer fortuito y espontáneo tiene una parafernalia y requiere de una curva de aprendizaje para manejarse como cabeza afirmadora:
- Haz que siempre parezca casual. Debes ser capaz de hacer «como que pasabas por ahí». Para ello, valen varias opciones, desde la mirada al infinito, al suelo o al cielo (siempre evitando las cámaras y haciendo como si no supieras que están ahí), hasta aguantar un paraguas u otro objeto tipo pancarta o megáfono. ¿Qué pasa cuando sin querer se te escapa una mirada hacia ellas? Rápidamente, debes cambiar y hacer como que nadie te ha visto, con la mayor agilidad ocular posible. Solo se permiten miradas furtivas de reojo.
2. Lo importante es la táctica. Aprendí que hay verdaderos expertos en la estrategia de posicionamiento. Aparece una cámara y la técnica del codazo se usa cual saque de córner. Si no tienes especial interés en aparecer tras el declarante, habrá siempre alguien dispuesto a situar su cabeza en el ángulo más visible. Abstenerse personas de estatura media. Los más bajos y más altos tienen cierta ventaja porque pueden aparecer en las franjas donde no hay competencia de altura. Aunque siempre puedes usar las puntillas tal que una grácil bailarina para ganar los centímetros necesarios. Confía en unos potentes gemelos para mantenerte estable. No queremos que se desvíe la atención con una cabeza afirmadora que esté subiendo y bajando ante la cámara.
3. La gestualidad es crucial. El papel de las cabezas es reforzar el mensaje que se está transmitiendo. Por eso, habrá que afirmar con la cabeza cuando se estén haciendo propuestas u opinando. Se deberá transmitir alegría o jolgorio en situaciones felices. Unidad en situaciones de tensión entre las familias del partido. Gravedad cuando estemos transmitiendo un mensaje de solemnidad.
4. La contención es virtud. Aunque en un momento gamberro te den ganas de saludar a la cámara, sacar la lengua o cualquier otro exceso gestual, olvídalo. Tu cometido está más cercano del de estatua viviente.
Sea nueva o vieja política, todos caerán en este decorado porque «siempre se ha hecho así». Aunque el ciudadano medio no termine de entenderlo o le parezca prescindible. Los méritos o artimañas para formar parte de este club desprenden que supone subir peldaños en la jerarquía de partido, aunque su objeto sea poco comprensible para el común de los mortales. La próxima vez que vean unas declaraciones políticas, aprecien el trabajo de los acompañantes. Ellos se lo agradecerán.